lunes, 4 de marzo de 2013


 DESCARTES


René Descartes (La Hayve, Turena francesa, 31 de Marzo de 1596 -Estocolmo, Suecia, 11 de Febrero de 1650), también llamado Renatus Cartesius, fue un filósofo, matemático y físico francés, considerado como el padre de la geometría analítica y de la filosofía moderna, así como uno de los nombres más destacados de la revolución científica.
Resumen 1ª parte

En este primer fragmento, el tema a tratar es el de la  duda metódica. Descartes está buscando establecer un tipo de filosofía rigurosa, exacta, que pueda ser universalizable, y piensa que se tendría que rechazar todo lo que provocase una duda razonable, deshaciéndose de los prejuicios. Descartes pone de manifiesto que hay que dudar de: los sentidos, los razonamientos matemáticos, la distinción entre sueño y realidad. 
Así llega a la conclusión de que mientras esta dudando, piensa, y es imposible, dudar sin existir. De esta forma llegó a: Pienso, luego soy, primer principio de su filosofía.

Resumen 2ª parte

En este fragmento analiza más profundamente la cuestión de la naturaleza de este yo que piensa. Argumenta, se puede fingir la   existencia de todo lo material, pero no la de  la actividad mental, porque la duda es una actividad  del pensamiento, y aunque el cuerpo no existiese, el alma no dejaría de ser todo lo que es. Puesto que es absurdo pensar que el pensamiento se puede ejercer en abstracto o en el vacío.

Una certeza es una idea que se intuye clara y distinta, por tanto la frase “pienso luego soy” es una certeza. Una cosa es verdadera cuando la percibimos de forma clara y no la confundimos con las demás, esto es, que nuestra mente no se confunde. Utiliza el Cogito ergo sum como  modelo paradigmático, de tal modo, que si encontramos otra proposición que tenga la misma claridad y distinción que éste, podremos considerarla cierta y segura. Esta es la formulación de la primera regla del método, la de la evidencia: no tomar por verdadero, sino lo que se presenta a mi mente de manera clara y distinta

Resumen 3ª parte

En la tercera parte, Descartes reflexiona acerca del hecho de que siendo él un ser imperfecto, (pues la mayor perfección se encuentra en conocer y no en dudar),  como es posible, que pueda concebir la perfección. La respuesta a esto parece hallarse en que dicha idea proviene de una naturaleza que sí es perfecta. Visto esto, aún queda la duda de la procedencia de la idea de perfección y visto que no puede proceder de él, ni tampoco de la nada, sólo queda la posibilidad de remitirse a una naturaleza más perfecta, es decir, a Dios, que la ha puesto en su mente (idea innata).

También, analizando otras verdades, se da cuenta de que un razonamiento lógico, como un desarrollo matemático, puede ser evidentemente correcto, pero que, por otro lado, éste no tiene que existir por necesidad. Dios es tan evidente como lo puede ser un razonamiento matemático, pero en la idea de Dios como ser perfecto se halla comprendida la existencia, porque le es esencial.

2. NOCIONES

2.1 DUDA Y CERTEZA.

         Descartes se propone en el “Discurso del Método” y en las “Meditaciones Metafísicas” encontrar si es posible un juicio absolutamente cierto y esto significa que no pueda ser cuestionada la verdad de lo que afirma ni por las más extravagantes suposiciones de los escépticos.
Una vez determinado el objetivo, Descartes aclara el procedimiento del que se va a servir para determinar si una certeza tal existe o no, a saber: considerar como falso todo conocimiento que se haya tenido por tal en cuanto se puedan encontrar razones para dudar de su verdad.
A partir de aquí se exponen las diversas fases por las que pasa la duda: en primer lugar, se considera como falso el conocimiento de las cosas tal y como nos lo presentan los sentidos en virtud de que en más de una ocasión nos han engañado, como cuando introducimos un palo en el agua y lo vemos quebrarse; aunque los sentidos no nos engañasen siempre, no son una fuente fiable de conocimientos, En segundo lugar, considera las demostraciones matemáticas de las que es posible dudar en cuanto que muchos se equivocan al razonar y nadie puede estar seguro de no ser uno de ellos. En su obra Meditaciones metafísicas da otra razón, a saber: existe la posibilidad de un genio maligno que hubiese creado mi mente de suerte que por más claro que vea la verdad de un juicio matemático, éste pueda ser falso. En tercer lugar, duda no ya de que las cosas sean como nos las muestran los sentidos, sino de que existan de un modo exterior a nosotros, dudando por lo tanto de la distinción entre vigilia y sueño.    

2.2 ALMA Y CUERPO (res cogitans y res extensa).

Alma: Por alma podemos entender la sustancia espiritual, cuyo  atributo esencial es el pensamiento,  mientras que  por  extensión (cuerpo) entendemos la sustancia corpórea. En tanto la sustancia infinita se corresponde con Dios.

Descartes considera que el alma está separada del cuerpo. Afirmar la unidad sustancial alma-cuerpo significaría reducir el alma a materia. De tal modo que Descartes se ve obligado a afirmar que  el alma está en una esfera autónoma e independiente de la materia. Esta independencia del alma respecto al cuerpo es una idea central de la filosofía cartesiana. Para Descartes el alma y el cuerpo no son una sola sustancia. El alma está constituida por el pensamiento, como una cosa completamente distinta del cuerpo y que no necesita de él para ser, puesto que su ser es el  pensar.
En el ser humano, según Descartes, el alma está unida al cuerpo a través de la glándula pineal, localizada en el cerebro. El alma puede existir independientemente del cuerpo porque no lo necesita para pensar. Si bien,  el problema es que si el cuerpo y el alma pueden darse por separado
Descartes cree que el cuerpo debe entenderse como materia constituida por la extensión. Según él, los cuerpos son realidades extensas.
Encontramos así pues dos líneas de pensamiento: distinción entre alma y cuerpo expuesta en el Discurso del método  y la que acepta y trata de explicar la interacción y la unidad total del hombre, expuesta en las Meditaciones Metafísicas.

2.3. PENSAMIENTO E IDEAS.

Por pensamiento,  entendemos de modo general, a un acto mental de tipo cognoscitivo. Sin embargo, Descartes se refiere con esta palabra a todo contenido mental, a todo lo que se encuentra en la mente.
Tenemos ya una verdad absolutamente cierta: la existencia del Yo como sujeto pensante.  Esto es el hecho del pensamiento y, por consiguiente, de la existencia, pues aunque puedo dudar de todo, no puedo dudar de que esté dudando; no puedo dudar de mi pensamiento, y si pienso, es porque existo. Esta existencia indubitable del yo no parece implicar, sin embargo, la existencia de ninguna otra realidad. En efecto, aunque se piense, tal vez el mundo no exista en realidad; lo único que es cierto es que yo pienso que el mundo existe.
Tenemos por un lado, el pensamiento como actividad (yo pienso) y por otro, las ideas que piensa.
Las ideas son aquellas cosas que podemos pensar y que están en nuestra mente. Se pueden clasificar según varios criterios. Por un lado estarían las ideas verdaderas y falsas, según su adecuación a la realidad; según el criterio de verdad podemos diferenciar las ideas claras o indudables y las ideas confusas; y finalmente según su origen, podemos diferenciar por un lado las ideas adventicias, que son aquellas que parecen provenir del exterior, pues coinciden con la realidad que percibimos con los sentidos. Ej: el Sol, los árboles, los hombres… sin embargo, su existencia es dudosa, ya que las conocemos a través de los sentidos; por otro lado las facticias, producidas por la imaginación, y las cuales no corresponden a la realidad (por ello éstas serían falsas), como la idea de hada o quimera; y finalmente las ideas innatas, que son aquellas que ya se encuentran en el alma o la mente y que han sido puestas en nosotros por Dios.

3.           Temas.

3.1.       EL COGITO Y EL CRITERIO DE VERDAD.

Una vez que Descartes tiene la certeza del sujeto pensante y el criterio general de certeza, es preciso indagar si existe alguna otra realidad de la cual no quepa dudar y para ello utiliza el principio de causalidad que aplica a las ideas. La cuestión que plantea Descartes es si el sujeto pensante puede ser la causa de todas las ideas que están en su mente. Concluye que el sujeto pensante es la causa de todas las ideas que están en su mente, excepto de la idea de Dios

El criterio cartesiano de verdad está ya formulado en la primera regla del método: podré estar seguro de que un conocimiento es verdadero cuando lo perciba clara y distintamente, esto es, de tal modo que no puede dudar de su verdad

En pocas palabras, renovó la filosofía gracias al racionalismo
El cogito es la primera verdad en el orden del conocimiento, que tiene dos sentidos: por una parte es la primera verdad a la que llegamos cuando hacemos uso de la duda metódica, y en segundo lugar podemos fundamentar a partir de ella todas las demás.
La hipótesis del genio maligno no anula la certeza que uno tiene de su propia existencia. La existencia de un Dios bondadoso es la garantía definitiva o última del criterio de verdad.
La necesidad de un método en Descartes era una verdadera obsesión, convencido de la certeza y seguridad de las matemáticas, quería emplear en su filosofía un método que condujera a la misma seguridad. La razón está controlada por el método y éste funcionará bien usando correctamente las cuatro reglas: La evidencia es el criterio de verdad. La evidencia se define por sus dos caracteres esenciales: La claridad y la distinción. El resto lo constituye el análisis, la síntesis y la enumeración.
3. 2. LAS DEMOSTRACIONES DE LA EXISTENCIA DE DIOS.



Las pruebas que expone Descartes para demostrar la existencia de Dios son:

-          La primera parte de la idea innata de infinito de una sustancia eterna, inmutable y omnisciente. A partir de todo esto las cosas existen ya que han sido creadas y producidas por algo o alguien. Además, la causa de la idea de infinito ha de tener tanta perfección como la idea, por lo que el ser humano no puede ser el causante. La causa ha de ser infinita. Por tanto la conclusión extraída es que Dios es la causa de la idea de infinito que posee el sujeto pensante.

-          La segunda está basada en la idea de que el sujeto pensante no puede ser la causa de sí mismo. Si afirmamos esto, tendríamos que aceptar que recoge y aúna todas las perfecciones conocidas, tales como la eternidad. Sin  embargo apreciamos que el ser humano es finito e imperfecto, por lo que ha de existir un ser que sea el creador del ser humano y se conserve en la existencia, sea perfecto. Este es Dios.

-          La tercera explica la existencia de Dios según la 5ª Meditación y parte de la prueba de San Anselmo (prueba ontológica).  Se basa en que la esencia del ser perfecto contiene la existencia, por tanto sería imposible decir que el ser perfecto no existe, al igual que es imposible afirmar que un rectángulo no tiene un ángulo recto.

4. CONTEXTUALIZACION:

Descartes nace en 1596 y muere en 1650, su filosofía se desarrolla a lo largo del siglo XVII.
El texto pertenece la cuarta parte de la obra “El discurso del método” (1637). En la cuarta parte, cuenta las conclusiones metafísicas a las que llegó durante su periodo de recogimiento; dudo, de todo lo que no tenia por que ser cierto, hasta descubrir una verdad irrefutable: “pienso, luego existo”. Unos años después publica las “Meditaciones metafísicas” en las que se demuestra la existencia de Dios y la inmortalidad del alma.
El siglo XVII se caracteriza por absolutismo, contrarreforma, barroco, y el triunfo de la nueva ciencia.

Destacamos a San Agustín de Hipona, por su pensamiento de Dios como causa de la idea de infinito y del ser del sujeto. Descartes, influenciado por él, piensa que si se niega que Dios sea la causa de la existencia del sujeto, habrá que admitir que el sujeto es causa de sí mismo. Pero, en tal caso, se habría dotado con todas las perfecciones que conoce y que están contenidas en la idea de infinito. Puesto que comprobamos que el sujeto es un ser finito, imperfecto y limitado, no puede haber sido su propia causa y, consiguientemente, debemos concluir que Dios es su causa.

La idea de la existencia de Dios como Ser perfecto proviene de San Anselmo de Canterbury y es conocida con el nombre de prueba ontológica. Descartes viene a decir que la esencia del Ser perfecto contiene la existencia y que, por ese motivo, no es posible pensar el Ser perfecto como no existente, del mismo modo que no se puede pensar un triángulo que no tenga tres ángulos. Por tanto, el Ser perfecto  ha de existir necesariamente.

         En cuanto a la influencia de Platón:

1) Persigue la verdad única, incuestionable, eterna y accesible a la razón humana se parece mucho a la Idea del Bien platónica.
2) La desconfianza en los sentidos como fuente de conocimiento.
3) La consideración de la matemática como paradigma de la ciencia.
4) La necesidad de Descartes de admitir las ideas innatas para justificar el mundo y la realidad, presente en Platón cuando admite la existencia de la verdad en el alma humana en su teoría de la reminiscencia


Muchos temas de Santo Tomás tienen una presencia en Descartes, que utilizó las pruebas tomistas por la causalidad eficiente y por la contingencia, aunque con importantes modificaciones en la demostración de la existencia de Dios.

Hay una gran diferencia entre estos autores en cuanto a la demostración de Dios. Santo Tomás utiliza una argumentación que se llama “a posteriori”, porque parte de la experiencia sensible, concluyendo la existencia de Dios. Descartes demuestra “a priori”, o sea, parte del pensamiento y de las cualidades que definen al mismo Dios.

Por otro lado podemos mencionar a uno de sus detractores: el empirista Hume, quien rechaza tanto la tesis de las ideas innatas como la de que la fuente máxima de conocimiento resida en la razón y no en la experiencia, como el sugiere.
Entre las  influencias posteriores: la principal aportación de Descartes a la filosofía posterior es el haber colocado el cogito al sujeto pensante. Con ella imprime un giro a la filosofía moderna que influirá en gran medida en la filosofía posterior, presente en filósofos como Espinoza, Locke, Leibniz, Kant, Hegel, Husserl y Sartre.
Ahora vamos a analizar las influencias de Descartes en algunos de ellos:
Espinoza, partiendo de la innegable influencia de Descartes, creó un sistema muy original, con mezcla de elementos propiamente escolásticos y estoicos.

La influencia de Descartes en Hegel se encuentra sobre todo en el estudio del alma y su carácter espiritual, en la investigación sobre la verdad, la visión de las cosas en Dios y las relaciones entre alma y cuerpo.

         Y por último en Husserl es innovador en filosofía por su fenomenología. La fenomenología es un método trascendental en cuanto que somete a la propia vida a la reducción fenomenológica.






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